Este año marcó un antes y un después en mi vida, ya que fue la primera vez que salí de México y Estados Unidos para explorar un nuevo país: Canadá. Participé en un intercambio en la Universidad de Waterloo, y además de aprender, tuve la oportunidad de viajar por el país con mis mejores amigas. Este verano abrió mis ojos al mundo y a la magia de los viajes.

Pasé unos días de vacaciones con mi papá en Las Vegas y disfruté mi semana santa en Tampico con mis mejores amigas. Antes de que este verano me diera una probada de la vida en oficina, haciendo mis prácticas profesionales en una agencia aduanal en Altamira, Tamaulipas. Asistía a una oficina todos los días, con un horario rígido y un largo trayecto desde casa. Esta experiencia me hizo valorar aún más la libertad que el mundo tiene para ofrecer.

Mi vida dio un giro cuando me fui de intercambio a Lille, Francia. Vivir en Europa y viajar a lugares que siempre había soñado visitar fue una experiencia transformadora, expandiendo mi perspectiva y abriendo un sinfín de posibilidades.

Al terminar mi intercambio en Francia, me mudé a Ginebra, Suiza, para hacer mis prácticas en la OMC. Cumplí uno de mis grandes sueños al trabajar en un entorno internacional, y además, tuve la oportunidad de viajar por muchas partes de Suiza, un país que me dejó fascinada por su belleza.

Me gradué de la Licenciatura en Negocios Internacionales en el Tec de Monterrey Campus Tampico, y unos meses antes ya me había mudado a la Ciudad de México, donde comencé a trabajar en un corporativo. Vivir en la capital me permitió conocer ciudades cercanas y viajar con frecuencia. Ese otoño, empecé a estudiar una Maestría en Administración de la Energía y sus Fuentes Renovables (en línea) en el Tec de Monterrey Campus Santa Fe, explorando nuevos horizontes.

Este año realicé algunos viajes aprovechando los pocos días de vacaciones que tenía. Llevé a mi mamá a Nueva York por su cumpleaños, una ciudad con la que siempre había soñado en conocer y esa experiencia me recordó que los sueños se cumplen.

Este año de nuevo viajé con mi mamá a Cancún por su cumpleaños antes de que la pandemia cambiara todo. La empresa donde trabajaba adoptó el home office, lo que me permitió pasar tiempo en Tampico con mi familia. Me gradué de la maestría en plena pandemia, y en Septiembre, comencé a estudiar una segunda carrera (en línea), una Licenciatura en Derecho con dos especializaciones en Derecho Internacional y la otra en Derecho Corporativo Empresarial, una rama que siempre me ha apasionado.

Renuncié a mi trabajo corporativo y encontré una oportunidad 100% remota en una startup de tecnologías financieras. Decidí probar el estilo de vida de nómada digital, pasando cinco semanas trabajando y viajando por la Riviera Maya. Fue un cambio de vida que me mostró nuevas posibilidades.

El año comenzó con una travesía hacia Argentina, un destino lejano que siempre había querido explorar. Decidí abrazar por completo el estilo de vida de nómada digital y durante el verano, pasé tres meses en Europa, visitando ciudades soñadas y nuevos países. Al regresar, me tomé en serio mis redes sociales y nació ‘Sofía De Travesía’.

Este año me mudé a Valencia, España incialmente por tres meses, con la intención de transformar mis redes sociales en un negocio digital. En el camino, conocí al amor de mi vida, un turco. Nuevas oportunidades me llevaron a conocer más países y realizar voluntariados en Turquía, Israel, y Tanzania. Fue un año lleno de sorpresas y crecimiento personal.

Después de un año en el extranjero, volví a México para pasar tiempo con mi familia y amigas. Junto a mi compañero de vida, emprendimos una agencia de viajes a Turquía para latinoamericanos y nos mudamos a Estambul, listos para nuevas aventuras y retos.

Actualmente estoy viviendo en Estambul y me dedico a mis tres emprendimientos digitales, Sofía De Travesía como creadora de contenido de viajes, LATAMTur Viajes una agencia de viajes especializada en viajes a Turquía para latinoamericanos y a Constantinopla Digital, mi nueva agencia de marketing digital y redes sociales.